API es un acrónimo inglés: Application Programming Interface; o lo que es lo mismo, y en traducción libre, una interfaz de aplicación para programadores. Quizás la explicación correcta es que se trata de un punto de entrada a los sistemas de una empresa para que los equipos de desarrollo de otras empresas: partners, proveedores y clientes; puedan acceder a datos y servicios de esa empresa creando nuevas aplicaciones para web, móvil o tabletas.
Los APIs de Twitter y Facebook son ejemplos muy populares. Gran parte del éxito de estas plataformas se debe a sus APIs abiertos que han permitido la proliferanción de aplicaciones que no sólo hacen uso de sus servicios y datos sino que les llevan nuevos usuarios. Google también tiene APIs muy populares. Es la magia de los APIs lo que nos permite ver mapas de google en casi cualquier sitio web.
Otro ejemplo son las empresas de logística que ahora ofrecen APIs a las tiendas on-line. A los usuarios nos permite calcular el coste un envio en tiempo real antes de realizar la compra y el e-Commerce automatiza procesos como el de dar la orden de recogida y envío a la empresa de logística en el momento en que compramos.
En definitiva, un API nos permite integrar nuestros procesos de negocio con los de terceros para crear servicios de mayor valor añadido y reducir el coste de adquisición de clientes.